La cometa de Manuel

Que feliz se siente Manuelito con su primera cometa. Despierta emocionado después de soñar con ella. El cuerpo totalmente acalambrado por correr con ella. Dejó de lado todos sus juguetes que alguna ves lo acompañaron en su infancia; su trompo, con el cual fue el terror de su cuadra; el Mansinyer Z, que era la envidia de sus amigos y sus gloriosas canicas, que tantas victorias le dieron. Lo único que quería en estos momentos era estar con su juguete nuevo.
Aquella mañana cuando Pepe, uno de sus mejores amigos, le enseñó una revista que su mamá compraba mensualmente, era enero muchos bikinis. Un sinnúmero de mujeres hermosas, con diminutas prendas, de distintos modelos y colores. Manuelito no dejaba de verlas una y otra vez, se sentaba, se echaba.
Era la primera vez que tenía, ante sus ojos tantas mujeres semidesnudas; la primera ocasión que vio a una mujer, con poca ropa, fue en la serie de TV “La mujer Maravilla”, desde que la vio se convirtió en su heroína número uno. Pero esta vez era diferente; ya no tenia una sola, sino muchas heroínas; rubias, pelirrojas, morenas, piel canela. Sus ojos parecían no parpadear. Sin que su amigo se diera cuenta arranco una hoja, la escondió en su short y se retiró. Al llegar a su casa se encerró en su habitación. Saco la hoja arrugada, la colocó en su cama con cuidado y no le quito la mirada por horas. En su mente ya no existían imágenes e historias infantiles, se borraron las canciones de Yola, las travesuras del Chavo, las ocurrencias de los pitufos; era el momento de tomar el poder, ahora él crearía sus propias historias. Finalmente, calentando la mano por el frío, quedó profundamente dormido.